Picasso, Einstein, Mozart, Jobs, Curie o Beethoven son algunos de los primeros apellidos que vienen a la mente al pensar en personas con altas capacidades. Todos ellos comparten una característica que les han llevado a tener una inteligencia por encima de la media: desarrollaron su talento a una edad temprana.
Craig
Wright es catedrático de la Universidad de Yale especializado en el
estudio de jóvenes superdotados. El propio Wright pudo haber sido una de
esas personas de estudio cuando desarrolló un enorme talento musical de
niño dominando piezas de Mozart, Beethoven o Bach.
El
profesor ha estudiado la bibliografía de los grandes genios de la
historia y ha destacado las características que se repiten. La genética
tiene mucho que ver en la inteligencia, pero el genio no nace, se hace.
Ninguna persona ha desarrollado altas capacidades en una disciplina sin
un enorme trabajo previo, a lo que hay que sumar tres factores: pasión temprana, curiosidad, y entorno adecuado.
Pasión temprana
Los "niños prodigio" no tienen por qué ser superdotados forzosamente, muchos solo han desarrollado unas habilidades complejas que suelen llegar a una edad adulta. Los genios se preparan para adquirir esos conocimientos, incluso obsesivamente si disponen de los medios y el ambiente adecuados, recoge El Español.
Pablo
Picasso o Albert Einstein desarrollaron una pasión temprana por sus
respectivas áreas. Einstein tenía unos malos resultados en cualquier
asignatura que no fuese matemáticas, y algo similar le sucedió a Picasso
con la pintura.
Curiosidad ilimitada
La curiosidad a veces puede llevar a un modelo de
aprendizaje caótico, pero no es un freno para las personas con altas
capacidades. Steve Jobs leía libros de temáticas opuestas a su trabajo
para experimentar con métodos menos convencionales, Elon Musk ha seguido su ejemplo.
Entorno adecuado
De
nada sirven unas capacidades brillantes si el entorno pone límites a la
creatividad o restringe las oportunidades para triunfar. Las normas
sociales y el contexto histórico también tienen mucho que ver en el
nacimiento de un genio, por ello no es extraño que la mayoría de los
nombres previos al siglo XXI sean de hombres, ha asegurado Wright.
¿Es una cuestión de suerte? A menudo ni siquiera es necesario tener unas altas capacidades o una pasión temprana. El profesor ha explicado que es suficiente con tener una idea en el momento y entorno adecuado. Los verdaderos genios sabrán aprovechar ese golpe de suerte.