Las nuevas formas de trabajar y de colaborar, demandan nuevas organizaciones y nuevos espacios de trabajo. Te contamos las tendencias. Como veíamos en un post anterior, el futuro del trabajo es híbrido. Más allá de la combinación entre trabajo presencial y teletrabajo, el trabajo híbrido consiste en adaptarse a cómo funcionan mejor los equipos y crear experiencias que mejoren las condiciones de trabajo para todos los empleados. Para cumplir con esta definición, hay dos asuntos clave a resolver:
1. Nueva organización.
2. Nuevos espacios. En ambos, la palabra más repetida entre los expertos es flexibilidad. Las organizaciones deben volverse más flexibles, así como también los espacios dedicados al trabajo.
1. Nueva organización:
Los líderes empresariales desean mantener e incrementar las ganancias de la productividad aceleradas por la pandemia. Para lograrlo, es necesario repensar la organización de manera que los profesionales puedan, en primer lugar, reducir la ansiedad que les produce la indefinición del modelo. Y tras ello, puedan dar lo mejor de sí, apoyados por la tecnología y unas pautas claras de actuación, tal y como dice McKinsey en este artículo.
Los modelos de trabajo híbridos estarán entre los dos extremos que ilustran, por un lado Deloitte en Reino Unido, que permitirá a sus empleados teletrabajar sin límites de días a la semana, de manera indefinida, y por otro Morgan Stanley, cuyo CEO, James Gorman, insta a sus empleados a volver a las oficinas como muy tarde en septiembre.
Como decíamos, lo primero que tienen que hacer los comités de dirección es definir el mejor modelo híbrido de acuerdo a su negocio, cultura, valores y estrategia e, inmediatamente, comunicarlo de manera clara y transparente para que todos los empleados tengan claro el marco de actuación.
Este modelo híbrido requerirá una colaboración más estrecha si cabe entre los responsables de personas, los de tecnología y los de inmuebles.
Sea cual sea la nueva organización y el grado de hibridación, deben tenerse en cuenta una serie de tendencias:
1. Organizaciones más planas, menos jerárquicas.
2. Con mayor libertad e independencia para los profesionales.
3. Forma de trabajo por proyectos temporales: cada vez hay menos “puestos fijos”: se configuran equipos multidisciplinares para abordar proyectos concretos. 4. Se cuenta con recursos externos, en modelos de innovación abierta y de colaboración abierta.
5. Dado que los profesionales tendrán formación continua, las habilidades y capacidades que van adquiriendo se tendrán en cuenta a la hora de promociones y cambios de rol, en función de las necesidades organizativas.
2. Nuevos espacios:
Para producir un trabajo de calidad y mantener una cultura empresarial sólida, los profesionales deben poder colaborar y socializar cara a cara con cierta regularidad. En un post anterior hablábamos de las ventajas innegables de las herramientas colaborativas como Microsoft Teams o Slack, PERO no deben sustituir completamente a los encuentros cara a cara, sino complementarlos.
Para diseñar nuevos modelos de trabajo híbrido, es conveniente analizar qué tipo de combinación presencial/teletrabajo puede cubrir mejor las siete necesidades universales del trabajo, que son, tal y como apunta Michael Lee Stallard en su libro "Connection Culture":
1. Respeto,
2. Reconocimiento,
3. Pertenencia,
4. Autonomía,
5. Crecimiento personal,
6. Significado,
7. Progreso.
Ir a nuestro centro de trabajo, a tiempo completo o algunos días a la semana, por sí solo no asegura cubrir estas necesidades. Se están diseñando y proponiendo nuevos espacios con el fin de potenciar el respeto, el reconocimiento, la pertenencia, la autonomía, el crecimiento personal, el significado y el progreso.
El lugar de trabajo cambiará su función para apoyar tanto a los trabajadores a tiempo parcial como a los de tiempo completo. Tomando un modelo híbrido, las oficinas abiertas evolucionarán y tendrán menos escritorios personales y más espacios de contacto para:
· El trabajo colaborativo,
· La concentración individual y también,
· El esparcimiento.
En resumen, el lugar de trabajo será un lugar al que la gente acudirá para reunirse con miembros de su equipo, para poder dedicar unas horas donde necesita estar muy concentrado, o para socializar.
Según la publicación británica Workplace Insight, las estrategias sobre cómo redefinir el lugar de trabajo es el mayor desafío al que se enfrentan las empresas globales, con un 35% de los encuestados diciendo que es el problema más importante que tienen que resolver.
En este ámbito, la denominación Smart Work se utiliza para englobar las prácticas más innovadoras en el diseño de espacios, donde se dan la mano las tecnologías más punteras (Inteligencia artificial, IoT, Cloud Computing, 5G, realidad aumentada) y las corrientes organizacionales más modernas. Surgen iniciativas colaborativas interesantes en este campo, como The Smart Work Network, una red de profesionales que participan activamente en el desarrollo de Smart Work (trabajo inteligente, flexible y ágil) en sus organizaciones, en todos los sectores, con el objetivo de compartir información y mejores prácticas. Nacida en Reino Unido, esta red opera ya en Europa.
En definitiva, los nuevos espacios de trabajo no se libran de los conceptos más repetidos para que las compañías puedan tener más resiliencia: deben ser flexibles y ágiles, y deberán diseñarse de manera que optimicen la productividad, la conexión, la innovación y el bienestar. Existen un enorme campo de innovación en esta área, con el entrelazamiento de disciplinas como la tecnología, la arquitectura, la decoración, la psicología y la sociología.