En un contexto en el que los cambios se producen de forma vertiginosa ser capaz de adaptarse a las nuevas circunstancias y de innovar para diferenciarse de la competencia va a ser clave.
Después de más de un año desde que comenzó la pandemia, la incertidumbre todavía esta extendida no sólo entre la ciudadanía, sino también en las empresas. A pesar de que, poco a poco, se están logrando importantes avances en la lucha contra el coronavirus, lo cierto es que todavía no podemos predecir cuándo la situación se va a estabilizar.
Y, en consecuencia, cuando vamos a volver a la normalidad, también en el ámbito empresarial y económico. Este escenario puede generar muchas dudas en empresas que no tienen claro qué pasos dar, ante la ausencia de un horizonte claro y en el que la crisis económica sigue siendo un riesgo muy real. Como es lógico, muchas startups también se encuentran en esa situación.
No obstante, lo cierto es que por sus características, tienen muchas posibilidades de superar de forma exitosa un capítulo como este. El motivo: su capacidad de innovación y de adaptabilidad a los cambios. Si lo pensamos bien, dos de los pilares características de las empresas emergentes son la innovación y la tecnología. Ambos son fundamentales para crear y desarrollar soluciones que permitan adaptarse a las nuevas realidades.
Por eso, las startups pueden ser el modelo en el que compañías de todo tipo se inspiren para sortear la crisis. Nuevos hábitos en los consumidores Si una cosa está clara es que durante este año, los hábitos de los consumidores han cambiado en muchos aspectos. Por ejemplo, el comercio electrónico se ha afianzado, tal y como demuestran los datos. En el caso de España, este modelo creció un 36% en 2020. También ha significado un impulso para el uso de plataformas de uso y entretenimiento por suscripción, como Netflix que cerró el pasado año superando los 203 millones de usuarios.
Con esto, lo que queremos decir, al fin y al cabo, que las preferencias de los consumidores no son algo estático. Muy al contrario, son cambiantes, por lo que imitar la capacidad de adaptación e innovación de las startups, puede ser la mejor apuesta para todo tipo de empresas. Innovación y disrupción La innovación puede entenderse, según explica en este artículo la profesora de Innovación en IE Business School, Marta Dominguez, desde tres perspectivas: “cambiar o adaptar lo que no funciona” “hacer las cosas más fáciles para el cliente” y “hacer las cosas más asequibles para el cliente”. Estos tres factores forman parte de la idiosincrasia de toda startup que se precie. Uno de los problemas a los que se enfrentan compañías de todo tipo es a las inercias.
Esto supone dejarse arrastrar por pautas y hábitos que, quizás, no son los más adecuados. En otros casos, cunde la impaciencia si no se logran los resultados esperados en un determinado plazo de tiempo o si los clientes no responden como se espera. Por eso, tomar como modelos a las startups en algunos aspectos puede ayudar a apostar por la innovación sin caer en el desánimo: “La metodología de los tres marcos es un modelo que puede dar a la empresa los mismos beneficios internos para la gestión de la incertidumbre de una forma ágil que a la ‘startup’” Nuevas fórmulas de trabajo Una de las cosas que parece que nos va a dejar la pandemia es que el trabajo ha cambiado, al menos en parte, con respecto a lo que siempre hemos conocido. Hoy las empresas deben ser capaces de dar respuestas rápidas tanto a problemas que surjan como a las necesidades de los empleados.
Así, se han puesto en marcha nuevas fórmulas que pueden facilitar la conciliación o hacer que los empleados tengan mayor flexibilidad. En este ámbito, las startups suelen estar preparadas para ofrecer medidas y herramientas que faciliten la implantación de nuevos modelos. Algo que, en definitiva, puede resultar en un aumento de la motivación de los empleados, y, por extensión, una mejora de su desempeño y eficiencia. Quienes sean capaces y apuesten por Innovar en esta materia lograrán atraer al mejor equipo humano. Mejor con seguridad Relacionado con lo anterior y con las más que previsible descentralización laboral, la seguridad es otro factor que va a ganar importancia. Y para lo que hay que estar preparado. Promover la innovación en este campo puede evitar muchos dolores de cabeza, en un momento en el que la ciberseguridad es un factor fundamental.
Implementar medidas innovadoras, como la seguridad biométrica o cualesquiera otras fórmulas, será uno de los ejes clave. Esta importancia se ve reflejada en algunos datos. En España, se prevé que para el 2021,el 55% de las empresas aumentará sus presupuestos de ciberseguridad. La inversión en innovación: una necesidad para tiempos de incertidumbre Con todo esto, parece claro que la innovación va a ser clave. Y para eso, hay que tener un espíritu acorde, pero también hay que invertir cuando sea necesario Y ser consciente de que no se trata de un gasto más, sino de la mejor forma de materializar una apuesta estratégica. Como hemos visto, los cambios son muchos y muy rápidos.
La forma en que las empresas interactúan y operan con las partes interesadas y los consumidores está en constante cambio. Cada vez más, las empresas que triunfan son las que están impulsadas por los avances en la tecnología y por nuevas formas de entender los negocios y las relaciones internas y externas. Por tanto, es imprescindible que en esa línea cada empresa sea ágil en identificar cuándo es necesario invertir en innovación.